Número tres

Desde tiempos muy pretéritos el número tres tiene un significado relacionado con el orden del cosmos y la acción de las fuerzas primordiales. Así las diosas primitivas se aparecen en forma triple y en la tradición hebrea, por ejemplo, el Génesis relata que Yahvé se apareció a Abraham en forma de tres personas. Lo que dio lugar, posteriormente en la tradición cristiana, a un dios con la forma de una trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, el espíritu alado. Y en el antiguo Egipto aparece también la triada formada por: Osiris, Horus e Isis, el espíritu alado.

Las leyendas de los pueblos indoeuropeos contienen frecuentemente este símbolo relacionado con el poder de la acción, como en la mitología hindú donde aparece la triada de dioses Brahma, Vishnú y Shiva; o en el folklore celta con las hadas Morgana, Morgause y Argante. 

También los griegos utilizaban el número tres cuando se trata de significar un tiempo de ausencia como el caso de Heracles que pasó tres días en la panza de un dragón marino.

También aparecen dragones de tres cabezas como el que mata el caballero volador en las leyendas celtas.  

El griego Pitágoras lo consideraba un número perfecto porque contenía un principio, un medio y un fin. 

Como acción mágica aparece, por ejemplo, en la forma de dar tres besos en relatos tan distantes como el mito de la Madre de los escitas y el cuento popular inglés en el que la princesa May Margret se salva del hechizo que la tenía convertida en dragón. 

También como acción aparece para indicar un determinado tiempo mágico, como la duración tres días. Así en el relato hebreo de Jonás y el monstruo marino se indica que la transformación de Jonas, en el vientre de la ballena, tiene lugar en tres días tras los cuales sale renovado. Y de la misma forma, en el mito griego de Hesíone, Heracles pasa también tres días en el interior del monstruo marino preparándose antes de salir y derrotarlo. 

En la tradición cristiana, Jesucristo permanece tres días muerto en el interior de su tumba antes de resucitar. En todos los casos tres días es el  período mágico durante el cual suceden las transformaciones. Tres días es precisamente el tiempo que la luna permanece oculta desde su ocultación hasta la luna nueva por lo que parece estar en el origen de todas las desapariciones y apariciones mágicas o milagrosas.

En ocasiones el número tres se triplica dando lugar a rituales que se repiten nueve veces, como los nueve besos que exigían la Mouras en las leyendas celtas. O los 27 (3 veces 9) guerreros que acompañaban a Cathbad en sus correrías.



Historia de los Dragones (2022 v3.1)   © Josep M. Vilà Solanes 2015