Bajar a los infiernos

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En el papiro egipcio del "Libro de lo que está en la Duat", se describe el recorrido de la barca solar, durante doce horas, a través del mundo subterráneo  El sentido metafórico del viaje es el de la transformación del sol muerto en el nuevo sol naciente. Según se narra en dicho papiro, en las primeras tres horas Ra, representado con cabeza de carnero, navega dentro de la cámara de mando; en la cuarta se convierte en serpiente (o gusano), en la siguiente le aparecen alas a la serpiente y en la sexta, de la serpiente alada, nace Kepri, el escarabajo del sol naciente. A partir de aquí el nuevo sol iniciara su camino de ascenso hasta salir del mundo subterráneo, una vez completada su transformación.

De una forma semejante, en la mitología sumeria, la diosa Inanna desciende a los infiernos, pasando esta vez siete puertas, donde va despojándose progresivamente de sus ropas hasta morir. Más tarde, es rescatada y progresivamente vuelve a recuperar sus ropas a través de las siete puertas y, entonces, la vegetación vuelve a nacer sobre la superficie de la tierra. Es posible que este mito esté influido por la periódica desaparición del planeta Venus, que es la representación de Inanna.

Entre los griegos es Kore, la hija de Demeter, la que es raptada por Hades y llevada, con el nombre de Perséfone, al Tártaro. A partir de entonces, Demeter hizo que la tierra dejara de ser fértil hasta que, por un acuerdo con el rey de los dioses olímpicos, le permitió que Perséfone pasara una parte del año en los infiernos, junto a Hades, y la otra sobre la superficie de la tierra, junto a su madre, dando lugar así al ciclo agrícola alternante de infertilidad y de fertilidad dela tierra.

En un mito japonés se narra el descenso de Izanagi al Yoni, los infiernos, para recuperar a su esposa Izanami. La imposibilidad de hacerlo hace que los cierre con una piedra, con el fin de separarlos eternamente


Historia de los Dragones (2022 v3.1)   © Josep M. Vilà Solanes 2015