En una leyenda
indonesia se habla de que un mujer, llamada Lisa y que tenía
siete hijas, recibió el requerimiento de una vieja solitaria
de la selva para
que casara su hija mayor con un lagarto que cuidaba como
su nieto.
La hija mayor la echó de casa pero la vieja, por orden del lagarto, volvió siete veces y fue siempre rechazada salvo en la última en la que la hija menor, Kapapitoe, accedió a sus requerimientos.
Mientras vivía con el lagarto sus hermanas se burlaban de ella y se limpiaban el barro de sus pies con el cuerpo del lagarto.
Una vez el lagarto le dijo que se lo llevara por la selva metido en una cesta y le ordenó que recogiera siete cocos vacíos. Entonces salió de la cesta y, con su cola, limpió de árboles una zona de la selva y la preparó para cultivar en ella. Luego ordenó a los cocos que construyeran una casa y así lo hicieron. Finalmente se bañó en el rio y se transformó en un hermoso joven que vivió muy feliz con su esposa; en una casa que fue, ademas, la envidia de todas sus hermanas.