Pfafner 

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Odín (o Wodan), el padre de los dioses de los germanos, encargó a los gigantes la construcción de un puente entre el Wallhala, morada de los dioses, y la tierra.  Los gigantes estuvieron de acuerdo pero exigieron como recompensa el tesoro que los enanos nibelungos habían acumulado con el oro procedente del Rin.

Entonces los dioses robaron el oro a los enanos y se lo entregaron a los gigantes, cuando terminaron la construcción del puente. Los gigantes, a su vez, lo escondieron en una cueva y encargaron al dragón Pfafner que lo custodiara.

Un joven llamado Sigurd  (o Sigfred) fue animado por Mime, uno de los nibelungos, a efectuar la hazaña de matar un dragón utilizando Gram (o Nothung) la espada de su padre. Entusiasmado Sigurd  se adentró con la espada en el bosque a la búsqueda de la cueva del dragón.

Cuando lo encontró y éste lo  acometió, le clavó la espada en el cuello y lo mató. Una gota de la sangre del dragón fue a parar a sus labios concediendole la capacidad de entender el lenguaje de los pájaros. Así los pájaros le explicaron que un baño con la sangre del dragón le haría invulnerable y que, en realidad, Mime le había engañado con el fin de apoderarse del tesoro.

Sigurd tomó sólo del tesoro: el casco de la invisibilidad y el anillo nibelungo, luego se bañó en la sangre del dragón y finalmente volvió y dio muerte al enano Mime.

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Historia de los Dragones (2022 v3.1)   © Josep M. Vilà Solanes 2015