En un antiguo cuento irlandés se relata la historia de un joven guerrero denominado Lugh, el del Fuerte Brazo, que una vez durante una cacería se quedó dormido junto a un árbol del bosque. Mientras dormía se acercó un cortejo formado por cuatro enanos deformes que soportaban un palio bajo el cual iban montadas en unos pequeños caballos las tres hadas: Morgana, Morgause y Argante.
Al ver al joven dormido se enamoraron de su belleza y decidieron llevárselo a un lugar seguro donde pudiera decidir a quién de ellas prefería.
Al despertarse, Lugh se encontró en una prisión hecha de de espinos en la profundidad del bosque y, frente a él, las tres hadas que insistían en solicitar su amor. Lugh las rechazó e inmediatamente las hadas, llenas de ira, se juntaron frente a él tomando la forma de una gran serpiente con relucientes escamas verdes y le dijeron que, aunque podían forzarle a someterse a sus deseos, preferían que lo hiciese él cuando volvieran a verle en la próxima ocasión.
Lugh consiguió escapar de su prisión en el bosque, pero las hadas despechadas lo condenaron, mediante un maleficio, a enamorarse sólo de una mujer y que, además, ésta fuera la de otro hombre.
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