Bruja de Laidley

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En la leyenda del Dragón de Laidley, se explica  que el Señor de Lambton recurrió a los servicios de una afamada bruja que vivía en el condado de Laidly. ésta le explicó que el dragón era capaz de regenerar las partes que el caballero pudiera cortar por lo que era menester disponer de una armadura cortante que pudiera rápidamente trocear al dragón. Pero para garantizar el éxito de su propuesta, exigió al Señor de Lambton una condición: que cuando volviera de enfrentarse al dragón debía  matar al primer ser vivo que viera. 

El señor de Lambton acordó con su padre que, cuando diera tres toques con su cuerno de caza, dejara ir a su halcón favorito que, al oír el sonido de su amo, volaría hacia él pudiendo de esta forma convertirse en la víctima propiciatoria convenida con la bruja. 

Sin embargo el padre, que no debería creer demasiado en la victoria de su hijo, al oír el sonido del cuerno se puso tan contento que olvido soltar al halcón y salió corriendo en busca de su hijo. Este al verlo quedó desconcertado y decidió no matarlo, a pesar del peligro de que su victoria fuera en vano. 

Entonces acudió de nuevo a la bruja para explicarle lo que le había sucedido, la bruja entonces, comprensiva con su decisión, le impuso el castigo de que ninguno de los cabeza de familia de su estirpe moriría en la cama por nueve generaciones.



Historia de los Dragones (2022 v3.1)   © Josep M. Vilà Solanes 2015