Hydra

Hydra, que en griego significa “criatura de agua”, es una constelación anormalmente grande. No hay otra constelación de este tamaño, en realidad se trata de una hilera de estrellas de escasa magnitud que abarcan un cuarto de círculo celeste. En ellas se ha querido ver, aunque no es nada evidente, a una gran y larga serpiente rematada por una cabeza múltiple. 

La cabeza de la Hidra está justo debajo de la constelación del Cangrejo, su cuerpo se extiende a los pies de la constelación de Leo y su cola continúa bajo la de Virgo alcanzando, al final, casi la de Libra. 

La cola, por lo tanto, está situada un poco más al sur de la constelación de Ofiuco y, obviamente, de la de Hércules. Quizás por esta razón los griegos identificaron a este asterismo con la Hydra de Lerna, con la que se  enfrentó Heracles en uno de sus célebres doce trabajos.

Los mojones o piedras marcadoras de los límites de los terrenos en las tierras babilonias  son conocidos como Kudurrus y, en ellos, aparecen diversos símbolos celestes algunas veces rodeados por una larga serpiente, que no es otra que la Hydra ecuatorial, por esas épocas. La antigua dragona derrotada por Marduk que la puso en el zodíaco celeste.

En los mitos de las estepas de Asia aparece el guerrero Hizir que mata al dragón de la sequía. Su leyenda explica que dicho dragón se escondía en su cueva subterránea durante el invierno para aparecer en primavera, al igual que hacía la constelación de Hydra por esos tiempos.


Historia de los Dragones (2022 v3.1)   © Josep M. Vilà Solanes 2015