En la mitología griega aparece el relato de una joven de gran belleza, llamada Escila, que era hija de Phorkis (Forcis) y Keto. Un joven llamado Glauco se enamoró de ella abandonando así a su amante Circe. Ésta, profundamente enojada, hizo gala de sus poderes mágicos y convirtió a Escila en un horrible monstruo, que mantenía su busto femenino pero de cuya cintura salían seis cabezas de perro y su parte posterior era como de la cola de un dragón marino.
Otra leyenda dice que Escila hizo el amor con Poseidón motivo por el cual su esposa Anfitre, llenó la piscina, donde solía bañarse Escila con sales venenosas que la convirtieron en un monstruo marino.
Otra hermosa joven llamada Caribdis, hija de Poseidón y de una Ninfa, también fue castigada a convertirse en un monstruo marino, por haber ofendido a los dioses. Escila y Caribdis se dedicaban, desde entonces, a cazar animales marinos en la proximidad de las costas. Pero una vez se comieron parte del rebaño de bueyes que Heracles había robado a Gerión. Heracles mató a Escila por esta acción.
Sin embargo su padre Phorkis la devolvió a la vida, mediante prácticas mágicas, pero la escondió junto con Caribdis en unas cuevas situadas en el estrecho de Mesina que separa Sicilia de la península itálica. Donde Caribdis arrastra los animales y las embarcaciones, aspirando el agua con su enorme boca, y Escila salta sobre ellos y los desgarra. En alusión a las fuertes corrientes que caracterizan el estrecho de Mesina.
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